Una vez terminado el tratamiento y dejando pasar un mes y medio aproximadamente, para que el cuerpo elimine la medicación que le queda, ya se pueden comenzar a realizar tratamientos corporales y faciales más profundos (tensores, reafirmantes, regenerantes, antiarrugas, remodelantes, de contorno de ojos...).
Se debe realizar un nuevo análisis de la piel para adaptar las cremas a las nuevas necesidades.
Se debe tratar el cuero cabelludo y el pelo incipiente con productos para fortalecer el cabello, y que salga con más vigor y fuerza.
Si has perdido el cabello durante el tratamiento, cuando comienza a salir, te encontrarás un primer pelo fino o “pelusilla”, de nacimiento irregular y diferente densidad en función de las zonas. Es posible que estés reacia a rasurar este primer pelo, pues has esperado mucho tiempo el nacimiento del mismo. Pero es aconsejable que lo hagas, ya que el cabello se ve fortalecido y se alcanza un crecimiento homogéneo.
El pelo suele salir diferente a como se tenía en origen; normalmente más oscuro, a veces con un mayor número de canas, a veces encrespado o rizado. Una vez más, la adaptación a tu nueva imagen no será fácil.
Si has utilizado un postizo, se puede readaptar la prótesis con otros sistemas de sujeción a tu cabeza. Se pueden cambiar los cortes de las pelucas para adaptarse a los nuevos volúmenes. Es sumamente importante que la prótesis sea lo más transpirable posible para no “ahogar” el nuevo pelo y que los períodos de descanso sean mayores.
Si vas a comenzar a usar tintes, es imprescindible que te realices antes unas pruebas de alergia, pues es habitual la permanencia de las alergias habidas durante los tratamientos (el cuerpo tarda un tiempo en “depurarse de la toxicidad” de los tratamientos).
De cualquier manera en este momento ya estás de enhorabuena pues se ha superado la difícil etapa del tratamiento del tumor