Los expertos fechan el final del cáncer de mama entre 2040 y 2050
El tratamiento, fruto de la
combinación de dos fármacos, ha funcionado en animales hasta el punto de
eliminar el tumor en apenas dos meses
El doctor Atanasio Pandiella, del Centro de Investigación
del Cáncer de Salamanca (CIC), aseguró hoy que los tumores de mama
podrían llegar a desaparecer dentro de aproximadamente tres décadas
gracias a los avances médicos. Pandiella hizo estas declaraciones
durante la presentación de los resultados de un estudio realizado con
animales de laboratorio en los que se reprodujeron las condiciones de un
cáncer de mama caracterizado por presentar altos niveles de la proteína
HER2, una incidencia que afecta a un tercio de las pacientes que sufren
la patología.
Pandiella explicó que existe un medicamento, el
Herceptin, que, hasta la fecha, se receta para luchar contra el cáncer
de mama agudizado por dicha alteración proteínica. Sin embargo, no había
demostrado la misma eficacia en todas las pacientes. Así las cosas,
hace tres años y medio un equipo de investigadores comenzó a mezclar el
fármaco con otros 25 de los que se emplean para otros procesos
tumorales. Como resultado de esa investigación comprobaron en modelos
animales que en un lapso de dos meses de tratamiento, la mezcla entre
Herceptin y Dasatinib, utilizado para mitigar los efectos de la leucemia
mieloide crónica, provocaba la desaparición del tumor y, además, a
corto plazo no se reproducía la patología tumoral.
Con los primeros datos en la mano, el equipo de Pandiella
apostó por acelerar el proceso para “intentar acelerar la llegada a la
clínica del tratamiento”, algo que sucederá en las próximas semanas
cuando se reclute a las primera pacientes.
En un principio tan solo 40 mujeres se someterán al
tratamiento, coordinado por el doctor Alberto Ocaña, del Hospital
Universitario de Albacete, y en el que participará el Grupo Español de
Investigación en Cáncer de Mama. Una vez que este primer estudio en
humanos empiece a arrojar resultados, se planteará la posibilidad de
hacer ensayos clínicos “mucho mayores” en el caso de que sean positivos.
Pandiella consideró que se está dando “un paso importante en la lucha
contra el cáncer” y avanzó que “si la cosa va bien”, el ensayo clínico
se extenderá por todo el mundo.
El doctor Pandiella precisó que en año y medio o dos años
podrá empezar a medirse la eficacia del tratamiento y, de seguir los
plazos habituales, las mujeres “de mal pronóstico” afectados por los
altos niveles de HER2 podrían empezar a beneficiarse en un plazo de tres
años. Los investigadores están “muy esperanzados” a pesar de que
todavía no hay indicios claros de que el ensayo pueda asemejarse en las
pacientes a los resultados del laboratorio.
Según explicó el máximo responsable de esta nueva puerta
abierta al aumento de los niveles de curación del tumor mamario, el
futuro de la investigación oncológica pasa por seguir analizando las
alteraciones genéticas de cada paciente para poder llegar a tratamientos
individualizados. “En el futuro se van a poder personalizar y eso pasa
por la combinación de varios fármacos antitumorales”, subrayó convencido
de que, en unos años, el tratamiento de células enfermas será “aún más
eficaz”.
Hoy por hoy el cáncer de mama se cura en el 80% de los
casos. Durante las dos últimas décadas el porcentaje de incremento de
las sanaciones ha ido avanzando, año tras año, a un ritmo de entre el
1,5 y dos%.
Los resultados del trabajo de los investigadores del CIC
ya se ha publicado en el segundo número de septiembre de la revista
especializada ‘The Journal of de Nacional Cancer Institute’.
Finalmente, Pandiella, cuyo equipo sigue trabajando en la
combinación de otros fármacos que, como en este caso, podría ayudar a
frenar el proceso tumoral de pacientes con cáncer de mama y otras
alteraciones significativas, aseguró que la crisis no va a suponer un
problema para su trabajo porque, precisó, “se buscará dinero donde sea
para seguir atacando y dando batallas en una guerra que se va a vencer”.