Terapia biológica: anticuerpos monoclonales
Las células tumorales malignas son capaces de producir una serie de sustancias (proteínas) que son diferentes a las que producen las células normales. Esto se debe a alteraciones en los genes o cambios en la expresión de los mismos.
Una de estas sustancias es la proteína HER2. Cuando se encuentra en una cantidad muy alta en la superficie de la célula tumoral se denomina “sobreexpresión”. Esta característica biológica de la célula tumoral se ha relacionado con una mayor agresividad del tumor, mayor riesgo de recaídas y una supervivencia más corta.
La determinación de esta proteína se realiza, generalmente, por inmunohistoquímica. Esta es una técnica de detección mediante anticuerpos que de realiza en el tejido tumoral por los médicos especialistas en anatomía patológica. La inmunohistoquímica para HER2 positiva es cuando hay 3 cruces (+++). Si la positividad es de 2 cruces (++) se debe de realizar una determinación complementaria, más sofisticada, llamada FISH. Este deberá ser positivo para poder considerar que la célula tumoral tiene sobreexpresión de la proteína HER2. Una positividad de una cruz (+) en la inmunohistoquímica se considera un resultado negativo.
Aproximadamente del 20 al 30% de los cánceres de mama sobreexpresan la proteína HER2, que se comporta como un receptor de la membrana celular para factores de crecimiento. Hay otras proteínas de membrana de unas características similares llamadas “familia de receptores de factores de crecimiento” (familia EGFR).
Se han descubierto unos fármacos que anulan o inhiben la acción de esta proteína HER2. Son hoy día fármacos activos en los cánceres de mama con sobreexpresión de HER2.
Uno de ellos, el primero descubierto, es el Trastuzumab o Herceptin. Se trata de una molécula de gran tamaño (un anticuerpo monoclonal) que se une a la parte externa de la proteína HER2. Hoy sabemos que este fármaco es activo en las mujeres con enfermedad avanzada, pero también se ha demostrado su utilidad en el tratamiento de la enfermedad en estadios más precoces, es decir, como tratamiento adyuvante. Se administra por vía intravenosa, de forma semanal o cada tres semanas. Como tratamiento adyuvante se debe de administrar durante un año. La duración del tratamiento en la enfermedad avanzada depende de la evolución de la misma.
Otro fármaco, más reciente, es el Lapatinib. Es una molécula pequeña que actúa sobre la zona de la proteína HER2 que está dentro de la célula tumoral. Se administra por vía oral.
Gracias a la existencia de estos tratamientos dirigidos a la proteína HER2 el pronóstico de los cánceres de mama con sobreexpresión de HER2 ha mejorado mucho.
La investigación de nuevos fármacos sobre moléculas propias de la célula tumoral es un campo muy activo, prometedor y esperanzador