Diez consejos para hablar sobre el cáncer con los amigos y la familia.
Sea sincera. No tenga miedo de decirle a la gente que ama cómo pueden ayudarla. Si les da pautas claras, sabrán exactamente qué es lo que usted necesita de ellos.
Por más que nos gustaría mucho que la gente pudiera leer nuestra mente; eso no sucederá nunca. Trate de no dar por sentado que la gente sabe lo que usted necesita o qué es lo que deben hacer. Esto nos lleva al primer consejo. Diga a la gente cómo puede ayudar.
Si no está con ganas de recibir visitas de amigos y familiares, dígales que aprecia su interés pero prefiere verlos cuando se sienta mejor.
Todos enfrentamos los momentos de crisis de manera diferente. Algunas personas son mejores que otras. Para los que no saben qué decir o hacer, trate de aceptar las limitaciones que tienen y recuerde que su interés es verdadero.
Habrá ocasiones en las que simplemente querrá descargar sus sentimientos. Explicar a alguien que usted no espera respuestas o soluciones ayudará a esa persona a saber lo que usted necesita y también ayudará a que usted se exprese con libertad.
Enfrentar la magnitud del cáncer de mama pone mucha presión en las relaciones o revela problemas antiguos como la mala comunicación y la falta de confianza, problemas que el cáncer claramente no ha causado. Reconocer esto le permite dejar de lado comportamientos antiguos y concentrarse en el aquí y ahora.
Incluso la familia y los amigos más considerados pueden mostrar cierta impaciencia en que usted "se recupere" del cáncer. Trate de que las expectativas que ellos tienen no la presionen y le hagan ignorar sus propios sentimientos. El cáncer de mama es una experiencia traumática. Recuérdeles que usted tiene que superarlo a su propio ritmo y tiempo.
Recuperarse del cáncer de mama requiere gran fortaleza emocional y física. Permítase explorar maneras de mejorar su salud y autoestima. Si su "antiguo yo" nunca hubiera probado hacer yoga, no deje que eso la detenga ahora.
No tenga miedo de conectarse con una red de apoyo.
Siempre le queda la opción de no hablar. No tiene que contar nada si no tiene ganas. Si sus amigos y familia le piden que hable y usted no tiene ganas, dígales que les agradece su interés pero que no está preparada para hablar.
