Mientras que algunos
factores de riesgo para el desarrollo de un
cáncer de mama no pueden ser evitados (como la edad y la carga genética), otros sí que pueden estar bajo el control de la mujer.
He aquí una clasificación de aquellos
factores de riesgo que pueden ser prevenidos o evitados:
Dieta y ejercicio físico
1. Limitar la ingestión de alcohol:
Existe una fuerte relación entre el consumo de alcohol y el cáncer de mama. No se han demostrado diferencias según el tipo de alcohol consumido, sea cerveza, vino o licores. Debe limitarse la ingestión de la bebida alcohólica a una copa al día, o evitarla completamente. Algunos estudios indican que el ácido fólico (un nutriente que se encuentra en los jugos de frutos cítricos y en los vegetales de hoja) puede reducir el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que consumen cantidades moderadas de alcohol.
2. Mantener un peso corporal saludable:
Existe una clara relación entre obesidad y cáncer de mama. Esto es especialmente cierto si la obesidad se alcanza tras la menopausia. El exceso de tejido graso es una fuente de estrógenos circulantes en el organismo, y el cáncer de mama se relaciona con los niveles de estrógenos circulantes a los cuales está expuesto el tejido mamario a lo largo de la vida.
3. Mantener una actividad física regular:
Una actividad física regular ayuda a mantener el peso corporal saludable y, en consecuencia, disminuye el riesgo de cáncer de mama. El objetivo es cumplir como mínimo unos 30 minutos de paso vivo, al menos cinco días a la semana.
4. Limitar la grasa en la dieta:
En algunos estudios se ha demostrado una relación entre un elevado aporte de grasa en la dieta y el riesgo de desarrollar un cáncer de mama. Se recomienda que el aporte de grasa en la dieta represente menos del 35% de las calorías diarias consumidas. Especial atención debe prestarse a la reducción del consumo de grasas saturadas (ya que se relaciona la cuantía de su consumo con el cáncer de mama) a favor de un mayor consumo de las
grasas insaturadas Aspirina y hormonoterapia. Consulte con su médico
1. Aspirina y cáncer de mama:
En un estudio publicado en Mayo del año 2004 en la revista
The Journal of American Medical Association, se encuentra que las mujeres que tienen una historia familiar de cáncer de mama, y toman aspirina una vez a la semana durante 6 meses o más, tienen un 20% menos de probabilidades de desarrollar un cáncer de mama que las mujeres que no toman aspirina; en las mujeres que toman una aspirina diaria, la reducción del riesgo es del 28%. El uso regular de ibuprofeno (Advil
, Motrin
, etc.) también parece proteger contra el cáncer de mama, aunque no de manera tan efectiva como la aspirina
.
La prevención del cáncer de mama con la aspirina y el ibuprofeno sólo es efectiva contra los cánceres de mama que tienen receptores para las hormonas femeninas (
estrógeno y
progesterona), que son las que estimulan el crecimiento del tumor. La acción de la aspirina y el ibuprofeno se explica por su reducción de los niveles de estrógenos en la sangre y en el tejido mamario. También actúan bloqueando a las
prostaglandinas, unas sustancias necesarias para activar a una
enzima importante en la síntesis de los estrógenos.
No obstante, antes de utilizar la aspirina y el ibuprofeno, con este objetivo, consulte con su médico.
2. Terapéutica hormonal a largo plazo en la menopausia:
Los resultados de algunos estudios son preocupantes respecto al uso de hormonas para el tratamiento de los síntomas de la menopausia. La administración, a largo plazo, de
una combinación de estrógeno-progestina incrementa el riesgo de desarrollar un cáncer de mama. Por lo tanto, en el caso de que esté siendo tratada con hormonoterapia a causa de las molestias de la menopausia, consulte con su médico para que, dada sus circunstancias personales y, sobre todo, si los riesgos superan a los beneficios respecto a las molestias de la menopausia, debe suspenderla, o continuar con una disminución de la dosis de hormonas.
Fuente: Clínica]Clínica Mayo